Skinner
le dio el nombre de Conductismo Radical a la filosofía de la ciencia bajo la
que trabajaba... El término, radical, significa fundamental. De manera que el
conductismo radical usa este término para distinguirse de otras formas de
conductismo como el original de Watson (1913), del conductismo metodológico, del
interconductismo o del conductismo paradigmático (Ulman, 1992a). La distinción
es necesaria debido a las críticas comúnmente hechas sobre el conductismo,
mismas que no son aplicables a todas las formas de éste.
Esta
filosofía de la ciencia, el conductismo radical, tiene diversos componentes:
- El conductismo radical respeta a la conducta como un fenómeno natural, de la misma forma que respeta la continuidad de los eventos en Conductismo radical recargado: apuntes para un el espacio y en el tiempo, mismos que, en las ciencias naturales, se acumulan como una historia natural.
- El conductismo radical enfatiza el control experimental sobre las variables dependientes y la aplicación de dicho control en formas benéficas culturalmente.
- El conductismo radical reconoce los eventos privados, como el pensamiento o las emociones, tomándolos como comportamientos encubiertos involucrados en las mismas relaciones legales en las que se compromete la conducta abierta.
- El conductismo radical reconoce que los científicos son también organismos comportantes cuya conducta, científica o no, está afectada por las mismas variables que afectas a la conducta de otras personas y que entre estas variables se encuentra la filosofía de la ciencia que practica el científico.
Por lo
tanto, el conductismo radical busca la interpretación
filosófica de los datos que resultan de aplicar el análisis experimental de la
conducta. Considera que para entender la conducta no hay que referirse a
actividades mentales o fisiológicas, ni a constructos hipotéticos referidos a
las mismas. La conducta es función del contexto en el que ocurre, del mundo
físico y social en el que tiene lugar. Habrá que estudiar las relaciones
funcionales entre la situación estimular de ese contexto y la conducta misma.
Por ello el nivel explicativo está en términos ambientales, y no en lo que
supuestamente pueda ocurrir en el interior del organismo.
Su método es el análisis experimental de la
conducta: descripción rigurosa y precisa de las relaciones entre variables
ambientales y conductuales. Rechazo de toda entidad mental. La conducta no es
otra cosa que el producto de la historia de reforzamientos (registro
acumulativo) y de la susceptibilidad genética al reforzamiento, con lo que se
rechaza la intervención de voluntades, intenciones o eventos mentales como
posibles causas de las conductas. El análisis experimental de la conducta
utiliza un fuerte control experimental en la investigación, empleando la famosa
“caja de Skinner”.
El análisis funcional de la conducta se basa en los
elementos siguientes:
- Un evento antecedente: la ocasión para que la conducta ocurra.
- La conducta misma.
- Las consecuencias de la conducta: que influirán en la probabilidad de que esta ocurra de nuevo.
La conducta operante depende de sus consecuencias (apetitivas o aversivas). En principio no es posible establecer que estímulos o consecuencias serán apetitivos o aversivos, únicamente la comprobación empírica lo puede decidir. Un estímulo es un reforzador si su presencia aumenta la probabilidad de que una respuesta ocurra.
Regularmente a esta combinación entre E – R – C se le llama triple relación de contingencia, piedra
angular del análisis experimental y
aplicado de la conducta.
Finalmente, los científicos, como cualquier otro
(incluyendo los conductistas radicales), son organismos que se comportan y cuya
conducta, científica o no, está afectada por las mismas leyes que controlan
todo el comportamiento. Estas leyes esencialmente reflejan las relaciones
funcionales entre la conducta y las variables inherentes en (a) la historia de la
especie (genética), (b) la historia personal, (c) la situación vigente y (para
la gente), (d) el contexto cultural, de cada organismo. Aquí se encuentran las variables
que un conductólogo investiga cuando analiza, comprende, predice, controla e
interpreta el comportamiento de los organismos.
Referencia
Iñesta, Emilio (1995). Técnica de Modificación de Conducta. Editorial Trillas. México, D.
F.
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